Hace muy poco nos las prometíamos muy felices en vísperas de aquel partido atrasado que teníamos contra el Murcia en la Nueva Condomina. Si ganábamos nos poníamos en ascenso directo y, aunque perdiésemos, seguiríamos en la brecha supuestamente hasta el final de la temporada.
El caso es que perdimos y a partir de ahí todo cambió. 3 puntos de los siguientes 27 es el lamentable bagaje que nos ha cambiado el objetivo: ahora luchamos por no descender a Segunda B. ¿Las causas? Ni se saben ni se les esperan. El equipo era el mismo y jugaba igual de bien que cuando enganchamos 11 partidos invictos. No creo que fuese cosa de Pepe Murcia igual que no creo que Eusebio vaya a hacer milagros.
A partir de ahora hay que asegurarse la categoría lo antes posible y empezar a planificar la próxima temporada. Si queremos que Eusebio sea nuestro entrenador hay que pensar si lo vamos a querer para 42 partidos o para 23. Y es que es muy improbable tener una mínima aspiración de ascenso con un baile de entrenadores que firmaría el difunto Gil y Gil. Insisto, lo primero para intentar el ascenso en la 2009/10 es elegir el capitán del barco y darle plenos poderes para que no haya opciones de que los jugadores le hagan la cama y cosas así.
Todo esto es vital porque se está jugando con los sentimientos (y la salud) de los millones de celtistas que andamos por este mundo. Basta ya de sufrir.